"Mi maldición" publicado en miNatura

Acaba de salir un nuevo número de la revista digital miNatura, dedicada en esta ocasión a las fobias.
En este número (el 126), se incluye mi relato "Mi maldición", en la página 79.
Podéis encontrar la revista pinchando aquí, y os la podéis descargar libremente.

Esta será la quinta ocasión en que un relato de mi autoría aparece en esta revista. Os dejo aquí enlaces a las anteriores publicaciones:

• Relato "Plata no es", miNatura nº 125, "Dossier Alquimia".
• Relato "Totum revolutum", miNatura nº 123, "Dossier Universo Stephen King".
• Relato "La vacuna", miNatura nº 119, "El día en el que abandonemos la Tierra".
• Relato "Quien parte y reparte...", nº 117, "Licantropía y otras transformaciones".

Aquí tenéis el relato "Mi maldición".


La que comenzó como una más de esas reuniones de amigos que solíamos celebrar el primer martes de cada mes, pronto se transformó en la peor de mis pesadillas. No sabría decir de quién fue la idea, pero lo cierto es que antes de que pudiera oponerme a la propuesta, el primero de los presentes ya había dado comienzo a la exposición pública, sin dar muestras de pudor alguno, de las fobias que lo acompañaban desde la cuna.

Pronto me vi asaltado por los miedos irracionales, absurdos en la mayor parte de los casos, de personas con las que había compartido mil y una experiencias desde mi tiempos de instituto, pese a lo cual, todo cuanto oía me resultaba nuevo, por no ser un tema que hubiésemos tratado con anterioridad.

Uno por uno fueron abriéndose al resto, mostrando aquello que los hacía más vulnerables, integrándose de este modo en la nueva hermandad que semejante rito había creado, y de la que me vi excluido ante mi negativa a participar de algo que consideraba ridículo.

Abandoné la mesa sin dar mayores explicaciones, ganándome algún epíteto malintencionado a causa de mi actitud, pero sabía que jamás comprenderían mis verdaderos motivos. Los años me habían mostrado que contaba con un don negado a cuantos me rodeaban, pues era capaz de hacer realidad las fobias ajenas, lo cual se había convertido en mi peor maldición, algo que jamás podría compartir con nadie.

Antes de entrar en casa hice una parada en el chino de la esquina, pues debía proveerme de lo necesario para hacer frente a las plagas de ratas, serpientes y arañas que aquellas horas debían estar aguardándome en casa.