Raquel nos habla del dilema que se plantea cuando hemos de dar nuestra opinión en relación a una obra literaria (aunque lo mismo podría ser de aplicación en cualquier otro campo), especialmente cuando ha sido el propio autor quien se ha puesto en contacto con nosotros. Entiendo muy bien a qué se refiere, pues aunque no me he visto en ese compromiso, he tratado de ponerme en el lugar del autor de la reseña, y no cabe duda de que nunca es plato de buen gusto el dar una mala noticia. Por supuesto, hablo del caso en que la obra no nos haya terminado de gustar, pues la otra posibilidad no presenta este problema.
Un autor debe tener por seguro que su obra no gustará a todos, y debe saber aceptar tanto los elogios como las críticas negativas. Se trata de algo inherente a cualquier actividad expuesta al público.
Con lo dicho anteriormente, es justo destacar la labor de quienes realizan reseñas, pues ponen su sinceridad por encima de ese instinto que todos tenemos de intentar agradar. Con su labor ayudan a los lectores que visitan sus blogs buscando una novela que pueda encajar con sus gustos, pues saben que pueden fiarse de la opinión de estas personas. Y cómo no, ayudan a los escritores, que cometerían un error si pensasen que alguna vez dejarán de aprender.
En la reseña de Raquel podréis encontrar una sinopsis algo más desarrollada que las que han aparecido hasta ahora, de modo que podréis conocer un poco más de la trama de la novela. De todos modos, dado que no se trata de un thriller en el que haya que mantener oculto al lector un detalle vital hasta el momento justo, os aseguro que no ha desvelado nada.
Se trata de una reseña muy positiva, aunque al final sóis vosotros los que debéis labraros vuestra propia opinión.
Desde aquí, mi agradecimiento a Raquel por sus palabras, y por sumergirse en las páginas de la novela.
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