miércoles, 23 de abril de 2014

Acto literario de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo

Hoy, miércoles 23 de abril, y con motivo de la celebración del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, la biblioteca especializada y centro de documentación de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo tiene previsto realizar una serie de actos.

Entre ellos se encuentra la presentación de la edición digital resultante del Concurso de microrrelatos Tres con libros, un elogio a la brevedad.
Algunos de los autores publicados en esta antología leerán sus relatos, y también se publicará un video con la lectura de otros tantos, entre los que me incluyo con mi obra "Viaja en el agua".

El acto tendrá la lugar en la sede de la fundación, que se encuentra en Pabellón Hassan II, c/ Max Planck, 2, Isla de La Cartuja (Sevilla). Es el pabellón de Marruecos de la Expo 92.

Lamentablemente, yo no podré acudir, pues me lo impiden otros compromisos, pero espero que alguno de vosotros se anime a acercarse y disfrutar de este acto de carácter literario.
La Fundación Tres Culturas tiene por objetivo promover el diálogo, la paz y la tolerancia entre pueblos y culturas del Mediterráneo. Con este fin, organizaron el Certamen de microrrelatos Tres Culturas.

La temática del mismo era el Mediterráneo, su cultura, forma de vida, valores, literatura...

El ganador del certamen fue Gabriel Camero Martín con "La suerte en la deriva".

Mi obra "Viaja en el agua" tuvo la fortuna de ser seleccionada entre las diez finalistas. Os la dejo a continuación por si os apetece dedicarle unos minutos:

Viaja en el agua


Sentado sobre las rocas, el muchacho contemplaba el faro, unido a la costa por una estrecha lengua de tierra que le negaba su naturaleza de isla. Sus pies jugaban en el agua, bañados por un mar que lo recibiera incluso antes de dar sus pasos sobre tierra firme.
Le gustaba pensar que la espuma que levantaban las olas al chocar contra la escollera había conocido otras costas antes de visitar tierras andaluzas. Otros pies habrían sido besados por aquellas aguas, en tierras que él probablemente jamás visitaría pese a unirles un mar común, que los hermanaba de un modo que él no podía más que intuir. Sabía que pese a sus diferencias, compartían la misma fe en un Hacedor que les había brindado el regalo de un nexo que venía visitando sus costas desde el principio de los tiempos. Era posible que cada cual llevase sus creencias de diferente modo, con sus peculiaridades, pero estaba convencido de que era más lo que los unía, que lo que los separaba.
Incapaz de soportar por más tiempo la sensación de verse rodeado por la historia milenaria que navegaba en aquellas aguas, el joven se zambulló dejando que el Mediterráneo lo meciese como una de sus criaturas. En aquel momento se sintió parte de algo más grande, y se supo en casa.

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